ContraHegemonía en Ciencia Política

11/8/09

Movimientos sociales y gobierno(s) en Bolivia y Venezuela

En boletines de carrera anteriores hemos insistido con una idea: consideramos errada la perspectiva de buscar una presunta autonomía de lo político aislándolo del resto de las determinaciones que hacen a ese todo orgánico que es una sociedad. Como si la política fuese un bonsai, más atractiva cuánto más se la recorta, estos enfoques caen en algo que podríamos ver como un “desperdicio”, dada la cantidad de aspectos de lo social que remiten a “lo político”. Sin embargo, no se nos escapa que dicha mirada está, la mayoría de las veces, política e ideológicamente intencionada.



Creemos que se banaliza aquello que se intenta explicar al acotar el campo de la ciencia política a los sistemas de partidos, la formulación de políticas públicas o el sostén y fortalecimiento de la “gobernabilidad” (éste último, un concepto que a la vez que implica un enfoque teórico conservador, expresa una desconfianza, históricamente ubicable incluso, respecto de los sectores populares). Los roles de las elites dirigentes, del Estado, de los partidos y regímenes políticos, no se comprenden mejor aislándolos del conjunto de la dinámica de una sociedad. Todo lo contrario: es tarea de una verdadera ciencia política (en el sentido menos positivista y más radicalmente crítico del término) analizar ese conglomerado de determinaciones múltiples y muchas veces mutuamente referidas que es el cuerpo social como un todo para, en medio de ese ruidoso y vertiginoso movimiento permanente y contradictorio, entender el funcionamiento e interpretar el sentido de las instituciones políticas mencionadas (instituciones que suelen ser el pan con manteca de los académicos oficiales). Dicho con todas las letras: la especificidad de una institución no es un dato a aceptar a priori, sino un concepto a construir, “leyendo” la dinámica social que las funda y que es condicionada (en mayor o menor medida) por ella.
Esta interdependencia entre “lo político” y “lo no-político” suele caracterizarse, apresurada pero no del todo erradamente, como la relación entre el Estado, por un lado, y la sociedad civil, por el otro. En la coyuntura latinoamericana actual y en las construcciones y experiencias de poder popular que son el centro de nuestra atención, esta dinámica se presenta, cada vez en más casos, como la relación entre el gobierno (léase: el referente político que ocupa la titularidad del Ejecutivo) y los movimientos sociales que lo apoyan, de manera más o menos crítica.
Hemos tomado los emblemáticos y fascinantes casos de Venezuela y Bolivia como referencia de nuestra reflexión. Reflexión que no es cerrada, toda vez que no es tampoco producto de un estudio erudito ni de una investigación profusa (aunque se nutra de textos que sí lo son) y que no apuntan tanto a marcar una postura definida de cara a cada proceso como a abrir el debate entre nosotros, estudiantes de una carrera que lamentablemente no se inmuta ante los procesos políticos que se ejercen sobre, y/o se hacen carne en, los pueblos de nuestra región.
Reflexión, por otra parte, que no brota de un repollo: expresa nuestra inquietud por la forma en que se intentan construir los mejores mundos posibles, a través de la organización de los sectores oprimidos y su vínculo con actores estatales de orientación popular.

¿Quiénes somos?

Buscamos abrir debates y cuestionar nuestra realidad a través de la participación en las luchas estudiantiles y de la apropiación de la Facultad como un espacio de participación y creación colectiva.
Desde que nacimos hasta ahora nuestros desafíos se fueron multiplicando. Hoy nos vemos ante el reto de formar parte de la Coordinación General del Centro de Estudiantes, de las Juntas de Carrera y del Consejo Directivo. Desafíos que asumimos con alegría, compromiso, y mucha responsabilidad. Queremos hacer de estos espacios herramientas colectivas de construcción y discusión política, donde podamos repensar el rol de la Universidad en este sistema social y unirnos para dar las luchas que sean necesarias.

Somos una de las diez agrupaciones que conforman la Corriente Universitaria Julio Antonio Mella.
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